martes, marzo 07, 2006

Aníbal Ibarra ya no es más jefe de gobierno porteño.

foto anibal ibarraLuego de muchas idas y vueltas; amenazas, atropellos, roscas políticas y acusaciones cruzadas de todo tipo, finalmente se llegó a los dos tercios que la Sala Juzgadora necesitaba para tomar la medida.

Hay mucha tela para cortar, hubo argumentos imperdibles no solo por lo bien estructurados y documentados sino que también por lo razonable de lo expuesto tanto a favor como en contra de la destitución; algunos han sido decididamente impresentables y para nada a la altura de la magnitud de lo que se estaba decidiendo.
Pero dejando de lado el estar de acuerdo o no, creo que lo ocurrido nos abre caminos interesantes de transitar como el compromiso y la responsabilidad que deben tener quienes asumen cargos públicos. Pero no solo para causas extremas como lo ocurrido en Cromañon, sino que también para promesas hechas en campaña que luego no se cumplen; obras públicas deficientes que se convierten en obsoletas, reclamos sociales que culminan con victimas fatales, actos de corrupción y todo tipo de inoperancia… Porque siguiendo la línea argumental de la mayoría que destituyó a Aníbal Ibarra podría asegurar que muchos actos y omisiones de ejecutivos municipales, provinciales y hasta el nacional, pueden ser encuadrados en éste marco de responsabilidad política.

Encuesta clarin on line

Por último quiero agregar que se palpa en la sociedad una importante desaprobación al dictamen de la sala juzgadora, como lo demuestran diversas encuestas, tal vez porque no ven en Ibarra al único responsable, ni ajenos a esta responsabilidad a quienes lo destituyeron. Aunque gracias a la falta de crédito que ostentan nuestros dirigentes, posiblemente, también nos hubiera dejado insatisfechos si el ex Jefe de gobierno porteño obtenía una sentencia favorable, ya que las sospechas de sobornos no faltarían.

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